16 junio, 2011

Vosotros Indigenas

“De ti aprendí, hermano querido indio de aquí,
de ti aprendí yo a resistir cruel opresión”.-

L O S    J A I V A S



Como suele suceder con todas las cosas, el indigenismo también tiene un origen, es una respuesta a la cultura occidental que a su vez trata de adoptar elementos europeos, de desplazar lo propio. Es pues el indigenismo el efecto contrario a la discriminación racial sufrida durante varios siglos por los pueblos indios.

Pero la discriminación contra los nativos de América se da a partir del preciso instante en que los definimos como “indios” cuando son en realidad los únicos que por derecho histórico poseen la condición de americanos, el hecho de cometer este error etimológico se debe a la falta de conocimientos de Cristóbal Colón quien llamó así a los habitantes del nuevo mundo al haber confundido el continente americano con la India milenaria, el mismo Colón que al tener un primer encuentro con los aborígenes de Guanahani escribió en su diario: “Más me pareció que era gente muy pobre de todo”

 

Habiendo transcurrido muchos años desde aquel 12 de octubre de 1492 la situación no ha cambiado mucho para ellos, ya que el indígena es para el sistema sinónimo de pobreza; solo basta con mirar por las calles de nuestras ciudades y ver una constante entre el viejo limpiabotas, el niño vende chicles, y la joven que ofrece rosas: todos ellos son indígenas víctimas de las ancestrales políticas excluyentes.

Es imposible trazar el desarrollo del indigenismo en una línea de tiempo, no podemos decir “Aquí comienza y acá termina” porque el indigenismo es algo que se va dando según las condiciones del momento a estudiar, es decir San Cristóbal de las Casas defendió los derechos indígenas y es por tanto un indigenista, así como son indigenistas algunos elementos de grupos artísticos folklóricos.

Cuando Picasso experimentaba nuevas formas del arte en el cubismo, los pintores mexicanos como Diego Rivera o Alfaro Siqueiros decoraban los muros de la ciudad de México con temas autóctonos que hicieran surgir en el espectador un sentimiento de arraigo. Pero el indigenismo va mas allá de ser una simple corriente artística, se intromete con la cultura y la política.

 

Quizá su momento de mayor auge se vivió en las décadas de los 60s y 70s, momentos de cambios para América Latina donde el enorme descontento social se traducía en discursos radicales. Es pues inevitable ligar el indigenismo con las revoluciones que por esta época se vivieron, puesto que así como los guerrilleros exigían libertad, justicia y dignidad, los indígenas reclamaban su derecho a la existencia.

 

Antes de la aparición del proletariado (Clase redentora para la doctrina marxista) el indígena ya vivía en condiciones de explotación y miseria, ya habían existido las rebeliones como la de Jacinto Canek o los yaquis de Sonora, es por esto que al indígena se le considera como el ejemplo vivo de la rebeldía y la resistencia, no en balde el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, la guerrilla más importante del mundo actual, es comandada y conformada en su mayoría por indígenas.

 

Pero en si ¿Qué propone el indigenismo?... El indigenismo nos dice en esencia que siendo el indígena objeto de discriminación desde tiempos inmemorables es necesario darle prioridad sobre otros, tratar de recompensar el sinfín de vejaciones cometidas en su contra, reconocer su autonomía; sin embargo esta propuesta ha sido rechazada rotundamente por los gobiernos latinoamericanos, puesto que el sistema económico actual que rige al continente no reconoce otra cultura que no sea la cultura de mercado donde todo se puede comprar y vender, los indígenas por supuesto no están dispuestos a vender sus tradiciones.

 

En México se ya ha tratado de llevar a cabo la elaboración de leyes que den un trato justo y digno a los indígenas, el ejemplo más resonante es el de los “Acuerdos de San Andrés Larràinzar” como no recordar a aquellos indígenas con paliacate cubriendo su rostro y fusiles al hombro discutiendo de igual a igual con los representantes del gobierno zedillista, estos por supuesto firmaron pero no cumplieron, no cumplieron ni los gobiernos de Zedillo, de Fox o Calderón, todos desconocieron la existencia de los pueblos indígenas, esto sin tomar en cuenta la guerra genocida no declarada que ha llevado a hechos de sangre como el asesinato de los tzotziles de Acteal.

 

En conclusión el indigenismo es una causa justa que todos debemos enarbolar y defender para avanzar en el sendero de la equidad y la igualdad.

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