Esta marginación puede ser ejemplificada claramente en la biblia, donde en el libro de Génesis se culpa a Eva del destierro que sufren las generaciones humanas sucesivas o con el nuevo testamento donde María Magdalena es puesta como el ejemplo de los pecados y a pesar de que según las mismas escrituras, Jesucristo revolucionó la concepción errónea del papel femenino, aún existen en la iglesia amplios sectores ultraderechistas y retrogradas que consideran a la mujer como un ser inferior.
Las compañeras mujeres son en realidad las verdaderas representantes de la resistencia y la valentía, o ¿Quien más podría soportar dolorosas horas de parto para engendrar la vida?, ¿Quién dejaría que se sacrificara el fruto de sus entrañas en aras de la paz y la justicia?
Existen mujeres fuertes y aguerridas como las indígenas zapatistas, la madre proletaria, la esposa campesina o la empleada maquiladora. Son la mano de obra sobreexplotada por las compañías capitalistas y el patrón negrero.
Es triste ver que en las mismas filas y trincheras de quienes dicen luchar por la igualdad, las mujeres tengan un papel inequitativo respecto a sus compañeros, pero a pesar de las dificultades que se les presentan, las mujeres han logrado sobresalir por su desempeño y auto coherencia como Benita Galeana, la Pasionaria o las hermanas Mirabal.
Es por esto que todos los varones debemos de aprender a ser hombres y valorar a la mujer como lo que es: una igual y complemento que es irremplazable en la lucha histórica por la libertad, desde Espartaco hasta Marcos, de principio a fin.
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